Vivir a ciegas
En la cárcel, es el guardián el que tiene la llave. Pero en la cárcel psicológica, en la que estamos metidos por nuestra programación, el prisionero tiene la llave: lo malo es que no se da cuenta. Si ves esto claro, irremediablemente vas a salir de tus prisiones psicológicas y a cambiar para llamar a las cosas, personas y situaciones por su nombre. Va a ser difícil, pero más difícil es vivir a ciegas. Jesús insiste: vivir la vida bien despiertos sin perderse nada.
Anthony De Mello