No hay víctimas ni castigo….

“Un alma del grupo podría, por ejemplo, haber tenido una encarnación en la que hubiera pasado muchos años cuidando de alguien físicamente enfermo.

Si el alma que interpretó el papel de cuidador planea después una vida en la que tenga el desafío de la enfermedad, el alma que recibió los cuidados podría buscar equilibrar aquel intercambio energético ofreciéndose a cuidarlo. En cuerpo, sin embargo, ninguna de las almas recordará el plan. La que eligió ser el cuidador podría sentirse abrumada por la necesidad de hacerse cargo de otra persona, quizá incluso podría verlo como un castigo por sus malos actos en una vida pasada.

En realidad, sin embargo, no es un castigo; sólo es un deseo de equilibrar el karma. Del mismo modo que hemos ideado nosotros los papeles que interpretamos, tampoco somos víctimas. No hay nadie a quien culpar; de hecho, no hay culpa. El universo no nos castiga haciendo que nos ocurran cosas “malas”.
Como la gravedad, el karma es una ley neutral e impersonal. Si tropezamos y caemos, no culpamos a la gravedad ni nos sentimos víctimas o castigados por ella. Cuando nos damos cuenta de que el karma opera del mismo modo, los sentimientos de culpa, victimización y castigo respecto a los desafíos vitales se disipan, y entonces comprendemos lo que habíamos esperado aprender, y valoramos de un nuevo modo los desafíos que expanden nuestras almas.”

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Andres Forero
Tomado del libro: ” El plan de tu alma” por Robert Schwartz

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