Namasté
Es un ancestral saludo sánscrito, considerada una lengua sagrada en la cultura Hindú. Namasté, tiene su origen en la palabra “namas” que significa “saludo”, “reverencia”, “adoración”, y proviene etimológicamente de nam, que quiere decir “postrarse” o “inclinarse”. El sufijo “te”, es un pronombre personal tuám que significa ‘tú, usted’. Námaste significa literalmente “te reverencio, te respeto a ti, me inclino ante ti”, o “La chispa divina que hay en mí reconoce la chispa divina que hay en ti”.
Namasté, también se puede interpretar espiritualmente de una manera más profunda como, “nada es mío”; nos inclinamos con humidad ante el otro, llevando así nuestro ego a la nada. Este saludo nos ayuda a conectarnos con los demás de una forma más interna, sencilla a través del corazón, que es la forma más digna de saludo o despedida de un ser humano a otro.
La palabra Namasté, generalmente es acompañada con un gesto de las manos conocido como mudra, en la cual se colocan las manos en forma de oración frente al pecho o frente, o en el caso de reverencia a un dios o santidad se colocan las manos por encima de la cabeza completamente. Este gesto expresa un gran sentido de respeto, invoca la idea de que todas las personas comparten la misma esencia, la misma energía, el mismo universo.
En el hinduismo, la palma derecha representa la planta de los pies de Dios y la palma izquierda representa la cabeza del devoto.
En otros contextos religiosos, la persona que hace el gesto de unir las dos manos elimina sus diferencias con la persona a la que reverencia, y se conecta con ella. La mano derecha representa la naturaleza más alta, la espiritual, mientras que la izquierda representa el ego mundano.
Namasté