Las Tormentas
Cuentan que un día un campesino le pidió a Dios
le permitiera mandar sobre la Naturaleza
para que –según él – le rindieran mejor sus cosechas.
¡Y Dios se lo concedió!
Entonces cuando el campesino quería lluvia ligera, así sucedía;
cuando pedía sol, éste brillaba en su esplendor;
si necesitaba más agua, llovía más regularmente; etc.
Pero cuando llegó el tiempo de la cosecha, su sorpresa y estupor
fueron grandes porque resultó un total fracaso.
Desconcertado y medio molesto le preguntó a Dios por qué salió así la cosa,
si él había puesto los climas que creyó convenientes.
Pero Dios le contestó:
–“Tú pediste lo que quisiste, más no lo que de verdad convenía.
Nunca pediste tormentas, y éstas son muy necesarias para limpiar la siembra,
ahuyentar aves y animales que la consuman, y purificarla de plagas que la destruyan …
La voluntad de Dios sobre las cosas
Asi debe ser siempre
El nos cuida y nos ama
Es el perfecto hacedor