La Luz
La luz de una sola vela disipa la oscuridad en toda una habitación. La oscuridad no tiene existencia en sí, sencillamente es la ausencia de luz. Así mismo, Dios es la única presencia.
No existe un poder aparte del Espíritu Divino que pueda oscurecer Su presencia. Una vela encendida, compartida con otra y otra más, pueden iluminar al mundo.