Memorias de un Monje
Tres días, dos quizás, pero si te dijeran que es tu ultimo día, que pensarías? Que sentirías? En alguna oportunidad Dios me permitió conocer mi momento, apoyado, amparado en la férrea voluntad, sabiduría y amor de mis siempre Maestros, a pesar de mi inconciencia. No fue fácil pasar esas horas, esos instantes, cuando fui recorriendo en mi mente y en mi corazón mi encarnación. Entiendo que fue su gracia y su misericordia, como también un pedido de mis amados Maestros, buscando una vez más que reaccionara ante mi inconciencia y lograr así que al llegar a la próxima puerta de entrada, aunque con mis ojos y mis sentidos, mi sabiduría y mis recuerdos velados, esas pocas horas de reflexión, lograran en mi cambios profundos, los cuales tendrían que ser más adelante llevados no solo a mi conciencia, sino elaborados en el plano físico, en la acción.
Fácil es decir, que no le tememos a la muerte, pues llegaríamos a un mundo mejor, donde no existe el ego, y todos los procesos de sufrimiento. La muerte, si no nos damos cuenta, la hemos vivido por muchas encarnaciones en la vida misma. La muerte como tal no existe, al acabar nuestro cuerpo físico su ciclo vital. Existe la vida, la vida pero si hemos sido merecedores de ella, pues aquel que muerto vive en vida, que vida anhela en la vida eterna?
En muchas encarnaciones después hice el mismo ejercicio a voluntad, claro sin saber si el día siguiente era mi día, luego era un ejercicio sin temor. Igual visualice mi vida, mis sentimientos, mi obra, mi respuesta ,pues nuca sabemos cuándo es la voluntad de Dios y cada día ,cada momento debe llevar la plenitud de lo que soy, para que la calma verdadera reine en nosotros y seamos capaces de que toda la claridad, la coherencia con nosotros mismos, la verdad en el Padre, lo que hemos podido alcanzar en la elevación de nuestro ser, y pueda pasar más allá del plano humano y quedar guardado como una semilla fructífera en nuestros corazones, para que pueda germinar y florecer rápidamente en el plano que Dios de su permiso. Y no llegar a ese momento con el estupor, con la sorpresa de sentir, pensar o decir: “Padre no me diste tiempo”.
Padre, a veces cuando me observo, me cuesta trabajo, creer que tantas veces haya cometido los mismos errores, las mismas equivocaciones, las mismas flaquezas! Diría severamente; “Esto es inaudito”, sentiría rabia o tristeza, pero de que me serviría la una o la otra? Sé que hay patrones que no he podido cambiar y me pregunto entonces, por qué? Que es lo que no me ha permitido ver cuando he debido ver, o entender cuando no he podido entender, o hacer cuando he podido actuar? O amar cuando mi corazón ama?
Y esta recapacitación, la hago ahora, cuestionando mi vida, la tuya y la tuya; Cuantas veces vas a repetir nuevamente una vida carente de los cambios necesarios para lograr tu realización? Cuantas veces tu debilidad carente de voluntad para Ser, tú mismo, realizarte en la verdad divina, será la que domine tu existencia.
Ni la oscuridad en los actos, en las mentes, y de deseos de otros, deben hacer tambalear ni dudar en mi búsqueda, en mi entrega a mi elevación, pues soy consciente que la realización; la eterna vida vendrá a nosotros , como inherente a la afinidad lograda por aquellos que verdaderamente buscan la luz, su verdadera identidad.
La oscuridad que nos mantiene pegados al suelo egoico, tiene su manifestación en todos los planos, grotescos y sutiles, según el personaje que los manifieste. A veces su manifestación agresiva, valiente, se enfrenta cara a cara sin temor, otras, su sutileza, fiel sirviente de su ego, nos deja perplejos. Pero tanto a la una como a la otra les digo; “No podrán engañarme más”. Mis sentidos, mi mente, mi corazón, toda mi percepción, mi intuición, esta despierta; sigue existiendo si eso es lo que tú quieres, pero nada alterara mi existencia, pues en ella solo existe la luz de mi Padre, el amor a mi Padre y mi única realidad que algún día alcanzare, que es realizarme en Dios, entregar a sus hijos, mis hermanos, todo lo que Él es, en mi mirada, en mis manos, en mis actos, en mi corazón, en mi servicio. Su tentación, su confusión, sus dudas, nunca dejaran de existir porque esa es su función: Tratar de velar los destellos de la conciencia.
Así, que los que de una forma u otra pueden escucharme, nunca descuiden su lado oscuro, su inconciencia, sus debilidades, sus temores, sus egos, pero tampoco los de sus hermanos, porque el lado oscuro siempre será el punto frágil en sus existencias, para no poder surgir conscientemente a su verdadera realidad. No es para juzgar o ser juzgados, solo tendremos conocimiento de quienes somos y quienes son, y seguir nuestra búsqueda. Si no sabes que es una “Piedra”, tropiezas te golpeas y caes ,si nuevamente la encuentras en tu camino, con otras características, camuflada de colores ,disfrazada de belleza de ternura, otras texturas ,olores, pero con la misma esencia, y vuelves a caer, de quien sería entonces la responsabilidad por la caída, el dolor y el atraso?
De nuestro corazón para el tuyo con profundo amor y respeto!