Inhala y exhala…
Inhalamos y exhalamos y a medida que inhalamos colocamos la atención en la base de la columna; y en cada inhalación esa luz asciende hasta la corona, hasta la parte superior de la cabeza; y cuando exhalan igual desciende la energía otra vez hacia la base de la columna.
En ese recorrido, relajas el cuerpo eliminas la tensión del día y te preparas para entrar en un espacio donde encontraras una verdad, un equilibrio, una paz que solo puede ser manifestada cuando a través del ejercicio de subir y descender esa energía, seas capaz de llegar al corazón y sentir la propia esencia y su propia fuente de vida, la fuente donde nace el pensamiento, el movimiento, donde nace la sabiduría con la cual se mueven todos los cuerpos, todas las células, todos los sistemas y el corazón.
Poco a poco vas sintiendo la relajación, y la energía sube y baja. La mente, el monstruo que devora, se coloca a subir y a bajar por la columna una y otra vez, hasta que la turbulenta mente se aquieta y podamos sentir el corazón conscientemente.
Oh Padre, con las manos entrelazadas, vengo a ofrecerte todo mi ser. Saturo mis plegarias de un profundo amor, que mi veneración por ti sea sincera y sencilla como la de un niño. Haz que pueda yo intuir tu cercanía detrás de las palabras de mi oración.
Enséname a sentirte con todas mis emociones, a darme cuenta que en tu sabiduría se obtiene mi entendimiento y a estar consciente de que mi vida es una expresión de ti mismo, la única vida. Tu voz es el silencio, y en el silencio de mi alma te oiga yo hablar. Oh Padre, Oh Padre eterno, dime que siempre me has amado aunque yo no lo supiera.
Y el aire entra y sale, algo tan simple, algo que hacemos inconscientemente a cada instante, algo que se nos olvida observar como una manifestación o como una unión a la vida misma. Si no se respira no se manifiesta la vida física; por lo tanto, la inhalación y la exhalación conscientes, forman parte de la naturaleza de la vida física.
Si siento como Dios entre en mí y como es exhalado, poco a poco la mente se decanta y se aquieta y me permite sentir ese pequeño recodo donde es tan difícil entrar, ese pequeño espacio donde todo es luz, donde todo es posible, donde todo es vida, donde todo es felicidad y equilibrio, sabiduría, fuerza y amor.
Así, como es difícil encontrar un punto que sea capaz de sanar nuestro cuerpo físico en la medicina y en la acupuntura, igual se nos vuelve difícil entrar en un punto interno donde podremos encontrar la sanación del sentimiento, el dolor y las enfermedades de la mente, un punto donde se manifiesta solo una realidad del ser. Trata de encontrar ese punto en tu corazón, un punto en el que inhalando y exhalando poco a poco se va manifestando la calma, el equilibrio y la paz.
Inhalando y exhalando se aprende paradójicamente a ir al corazón, inhalando y exhalando se es capaz de entrar a ese pequeño espacio donde pocos son capaces de ingresar, tu propia luz, tu propio ser.
Una vez que llegas a ese centro, una vez que sientes la paz, una vez que te sientes relajado y tranquilo o tranquila, una vez que no permites que tu mente empiece a hacer el juicio de si estoy o no estoy en ese punto, una vez que seas capaz de ir a pensar sin haber sentido, una vez que sientes que hay algo allí guardado grande, inmenso y poderoso empieza a inhalarte y exhalarte a ti mismo y a ti misma, sintiendo la fuerza de la vida manifestándose en ese punto; siente cuanto poder, cuanto amor y cuanta sabiduría existe allí para que tú te hagas consciente de tu responsabilidad para vivir la vida, para caminarla, para encumbrarla y para llegar a la meta.
De nuestro corazón para el tuyo con profundo amor y respeto!