Historia que la…
Madre María le dicto a Mark Prophet en 1968:
“Recuerdo una mañana, siendo el amado Jesús todavía un muchacho, cuando se acercó a mi sosteniendo un duro trozo de madera que estaba intentando cortar. Quería que yo persuadiera a José para que se o cambiase por un pedazo más blando, de forma que le permitiera tallarlo con mas facilidad. Le senté en mi regazo, y procedí a explicarle que desde muy antiguo se había concedido a algunos árboles la característica de ser más duros y a otros, la de ser mas blandos. Le dije que la madera blanda se echaría a perder más fácilmente y que, para el fin que perseguía, la pequeña imagen que pretendía tallar no resistiría los golpes y las caídas que pudieran alguna vez sobrevenirle; mientras que una escultura hecha con madera dura resistiría mejor.
Le conté también que a la madera le encantaría que él le diera forma y que la única diferencia entre una y otra era a necesidad de invertir mas paciencia. Se apartó los cabellos que le habían caído sobre los ojos y, rápidamente, me beso con gran suavidad ambas mejillas. Percibí el rastro de una lágrima en uno de sus ojos cuando se fue corriendo para proseguir con la labor de moldear el trozo duro.”
Fuente: Elizabeth Clare Prophet