El Amor

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El verdadero amor, el amor que se emana desde nuestro ser interno no conoce de límites ni tiempos porque es eterno, sus palabras silenciosas tocan sutilmente nuestros corazones impregnándolos de dulzura, ternura y comprensión que solo es sostenido por el mismo ritmo del corazón universal.

El amor es capaz de disolverse en todos los espacios llevando su vibración como pequeñas campanitas de luz, de vida, de alegría que siempre existirán en ti, que siempre vibraran en ti, dejando su huella intacta hasta en las partes más pequeñas e internas de nuestras vestiduras, cambiar no solo nuestro entorno sino todo nuestra genética, elevándola, transformándola en vida, con la esencia de nuestro Creador expresada en la palabra correcta, el gesto oportuno, la justa acción, donde solo existe un profundo anhelo de entrega, absoluta e incondicional, sin juicios y sin esperar nada a cambio, toda energía inarmónica transformada en el corazón consciente, que late y vive por Ti, por él, por ella, por mí, por nosotros.

Permite que tu corazón inhale y exhale a través del corazón del Padre, a través del corazón de la Madre, que cada inhalación lleve a tus cuerpos la resonancia original para que cada célula, cada tejido, cada órgano recuerde su frecuencia natural de paz, de armonía de amor, de vida, para que pueda así ayudarte a recordar tu ritmo natural, a balancearte, permitiendo que su vibración vaya transformando y vayas renaciendo a tu verdadera realidad. Cuando inhalas nuevamente tu verdadera esencia en tu corazón, todo en ti cambia, vuelves a ser, sabes entonces que estas en un periodo de aprendizaje, de propósitos, de búsquedas, de misiones contigo mismo y con el resto de la humanidad como un todo.

Intenta en algún momento, permite que el Padre fluya en tu corazón, que su amor infinito sea manifestado en ti como hijo o hija, para que cada exhalación sea el perfecto reflejo de Él, manifestado en todo tu ser, en una sonrisa amorosa que sostiene, un abrazo capaz de contener, en la palabra sabia que solo ofrece el camino, en el amor que como ondas tiernamente acompañen. Toda la expresión de tu ser expresada en la energía más sutil del universo, el amor, el amor del Padre hacia ti, el amor por ti mismo, tu exhalación como la prolongación y el reflejo de El en ti, y el reconocerte en cada hermano o hermana ya que en sus corazones también mora la esencia divina del Padre.

Recuerda siempre que cada persona traerá a ti la oportunidad de renacer al verdadero amor, a una entrega verdadera desde tu corazón, a encontrar en ella el reflejo de lo que a veces no nos permite fluir en plena libertad de ser, donde podremos reconocer nuestras limitaciones como también nuestras cualidades y nuestras fortalezas, dándonos la oportunidad de que sea el amor incondicional en un corazón consciente en perfecta coherencia y concordancia  y no el ego, quien transforme todo en nosotros y así poder emanarlo a nuestro alrededor, a las personas que llegan a nuestro camino, a la naturaleza, a nuestro planeta que amorosamente nos sostiene, cumpliendo con un propósito divino de reconocernos y reencontrar el camino de regreso a nuestro jardín, a nuestro hogar, a nuestro corazón, en el corazón del Padre.

Este amor permanecerá siempre en nosotros, vivirá eternamente y siempre vibrará en tu corazón, permítele fluir a través de tus manos, de tus ojos, de tus palabras en cascadas cristalinas, en canticos sublimes de gozo infinito.

Elizais

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