Cuando cesa el movimiento…..
Aprende a aquietar el cuerpo y la mente, pues en el instante mismo en que cesa el movimiento comienza a sentirse la presencia de Dios.
Tu problema al meditar consiste en que no perseveras lo suficiente como para obtener resultados y, por eso, nunca llegas a conocer el poder de una mente concentrada. Si dejas que el agua fangosa repose durante un tiempo prolongado, el lodo se depositara en el fondo y el agua quedara clara. En la meditación, cuando empiece a asentarse el fango de tus pensamientos inquietos, el poder de Dios comenzara a reflejarse en las aguas claras de tu conciencia.
El reflejo de la luna no puede verse claramente en aguas agitadas. Pero cuando la superficie del agua está en calma, la imagen de la luna se refleja en forma perfecta.
Otro tanto ocurre con la mente cuando se encuentra en calma, nos es dado contemplar en ella el claro reflejo de la luminosa faz del alma. Como almas somos reflejos de Dios. Cuando, por medio de la práctica de técnicas de meditación, eliminamos los agitados pensamientos del lago de la mente, nos es posible contemplar nuestra alma, un reflejo perfecto del espíritu y tomar plena conciencia de que el alma y Dios son Uno.
En el Santuario del Alma
Paramahansa Yogananda