La sabiduría del Zen
No busques la verdad; simplemente, deja de tener opiniones.
Confundidos por los pensamientos, experimentamos una dualidad en la vida.
Liberado de las ideas, el iluminado ve la única realidad.
Las enseñanzas son falsas cuando crean opiniones.
Cuando la taza está llena no puede recibir más té.
Así, para aprender el Zen, hay que vaciar antes la mente
La verdad está para ser vivida, no para hablar de ella.
El Zen no enseña nada; únicamente señala el Camino.
El Zen abre los ojos del hombre al misterio más grande
que acontece cada día y a cada hora.
Si amas lo sagrado y desprecias las cosas ordinarias,
aún sigues flotando en el océano de la ilusión.
Encuentra el silencio que contiene los pensamientos.
Si estás caminando, camina;
si estás sentado, permanece así, pero no titubees.
Cuando viajamos mentalmente de un lugar a otro sin cesar,
nos movemos de infierno en infierno.
El cielo y el infierno están en la mente.
La meditación es la reserva de la sabiduría.
Todo lo que descubras con el pensamiento
es siempre un producto de la mente.
En la mente del principiante hay muchas opciones,
pero en la mente del experto hay pocas.