Chamalú
Cuando derretía mis últimos miedos en la chimenea de mi valor,
constaté que el amor me miraba de reojo, desde la planta alta de la vida.
El verdadero amor no pide garantías, no las necesita.
El amor es una semilla que sólo germina en el territorio de la libertad.
Sin amor nada tiene sentido, sin amor estamos perdidos,
sin amor corremos el riesgo de estar de nuevo transitando de espaldas a la luz.