Volver al Centro
“De vez en cuando deteneos, cerrad los ojos, entrad en vosotros mismos y tratad de encontrar el centro, que es la fuente pura de la Vida. Practicar conscientemente este ejercicio: cerrad los ojos lentamente y mantenedlos cerrados durante unos momentos. Después abridlos lentamente y estudiar los cambios que se producen en vosotros.
Iréis comprendiendo como esa alternancia de abrir y cerrar los ojos tiene su correspondencia en la vida interior: abrir los ojos es ir hacia fuera; cerrarlos es volver hacia el centro de nuestro Ser, que es Dios. Ahí se hallan la paz, el equilibrio y la armonía. Emprendáis después lo que emprendáis, sabréis que os acercáis a la verdad”.
O. M. Aïvanhov