Amada Madre
De infinita caridad, hoy te doy gracias por todo cuanto me has dado; tú amorosa doncella, me lo has entregado todo gratuitamente y lo único que quieres a cambio es que yo viva, correcta y amorosamente para mi propio bien y del mundo.
Ayúdame Madre a usar mi raciocínio, mi sabiduría y mi intuición de la mejor forma, pues es mi deber lograr por mis propios méritos, el gozo infinito de tu amor que se alcanza a través de la meditación.
Te pido escencia creadora, con toda convicción, que algún día no lejano, pueda yo dominar los deseos y apegos destructores y conformistas, que insisten en no abandonar el territorio abonado por mis malos hábitos.
Que tu compasión y caridad en este instante sea derramada en todas tus criaturas que necesitan consuelo y amor, bendicelas tú oh Madre de infinita bondad! Om, paz, Amén.
Lady Ruiz
Grupo Meditación en el Loto